Breve comentario de un interesante estudio que encuentra 5 tipos de suicidio diferentes con sus distintas peculiaridades.
El trabajo comienza señalando que las tasas de suicidio en Estados Unidos han aumentado un 35,6%, pasando de 10,4 a 14,1 por 100 000 al año entre 2001 y 2021 y que este aumento es especialmente preocupante dado que hasta el 79% de los suicidas fallecen en su primer intento, lo que subraya la necesidad de una detección e intervención tempranas eficaces.”
Por otro lado señalan:
“la naturaleza polifacética del suicidio, evidenciada por la ausencia de un perfil único, desafía los esfuerzos tradicionales de prevención que se centran predominantemente en la detección de trastornos mentales conocidos. Aunque los estudios de autopsia psicológica indican que entre el 70% y el 90% de los suicidios implican un trastorno mental, sólo alrededor del 20% de los suicidas fallecidos con un trastorno psiquiátrico antes de la muerte habían acudido a los servicios de salud mental. Esto sugiere una laguna en las estrategias de prevención: la identificación de personas con trastornos mentales en los centros de salud mental es insuficiente, ya que este enfoque no llega a la mayoría de las personas en situación de riesgo…Los suicidas que utilizaban métodos letales eran menos propensos a buscar tratamiento psiquiátrico o tenían antecedentes de intentos de suicidio no mortales. Por lo tanto, la prevención del suicidio en este subgrupo de alto riesgo debe comenzar antes del primer intento de suicidio y fuera de los servicios de salud mental.”
El hallazgo esencial del estudio es que los autores encuentran 5 perfiles o tipos diferentes de suicidio cada uno de los cuales requeriría estrategias de prevención adaptadas:
-La clase 1 presentaba trastornos comórbidos mentales y por consumo de sustancias (13,5%). Tiene la tasa de suicidio más alta por envenenamiento.
-En la clase 2 predominaban los trastornos mentales (17,6%). Tiene la tasa de suicidio más alta por ahorcamiento.
-La clase 3 presentaba problemas de crisis, relacionados con el alcohol y con problemas de pareja (18%).
-la clase 4 presentaba problemas de salud física (31,7%). La que menos problemas mentales tiene, la menor tasa de intentos previos y la mayor tasa de uso de armas de fuego. Menos del 1% tienen historia pasada o actual de tratamiento o de salud mental.
-la clase 5 presentaba problemas de consumo de sustancias (19,2%).
Las clases 1, 4 y 5 han ido aumentado en los años del estudio (2003-2020) mientras que las 2 y 3 han disminuido
La clase 4 emergió como el grupo más preocupante para los autores. Por un lado, es el más grande (31,7%) y el que más está aumentando (31,2% de aumento desde 2016). Tienen la tasa sorprendentemente más baja de trastornos mentales diagnosticados y de medicamentos psicotrópicos detectados por toxicología, la clase 4 es la que más se acerca a tener un "perfil de riesgo de fallecido suicida invisible.” También descubren los autores que la clase 4 era la menos propensa a revelar la intención de suicidio, a dejar notas de suicidio como indicadores de intención.
Por tanto, un hallazgo notable del estudio es el perfil de riesgo invisible caracterizado por problemas de salud física, lo que pone de relieve el infradiagnóstico psiquiátrico y el consiguiente infratratamiento. De ello esto se deduce que los entornos sanitarios no psiquiátricos, especialmente la atención primaria y los servicios de urgencias, son cruciales para la detección del riesgo de suicidio.
En cuanto a las medidas de prevención las conclusiones serían:
“Estos resultados ponen de relieve la necesidad de estrategias de prevención del suicidio a medida que aborden las necesidades específicas de cada perfil en la medida en que sean identificables, o eviten que se actúe sobre los pensamientos impulsivos, alejándose de un enfoque de talla única. Es primordial mejorar la detección y el tratamiento de las enfermedades mentales coexistentes, los trastornos por consumo de sustancias y alcohol y las enfermedades físicas. Además, la aplicación de estrategias de restricción de medios desempeña un papel vital en la reducción del riesgo de suicidio en la mayoría de los perfiles, lo que refuerza la necesidad de un enfoque polifacético de la prevención del suicidio.”
https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/2816483?guestAccessKey=2a415ff4-5e64-4e77-afab-49c0638c36f9&adv=000001470944
Gracias por la información.