La Ilusión de la voluntad consciente
El sentimiento que llamamos volición no es la causa del acto voluntario, sino simplemente el símbolo en la conciencia del estado del cerebro que es la causa inmediata del acto
-T. H. Huxley, On the hypothesis that animals are automata (1874)
Los hombres se equivocan al pensar que son libres; su opinión se forma a partir de la conciencia de sus propias acciones y de la ignorancia de las causas que las determinan. Su idea de libertad, por lo tanto, es simplemente su ignorancia de las causas de sus acciones.
-Spinoza
A ninguno de nosotros le gusta el pensamiento de que lo que hacemos depende de procesos que no conocemos; preferimos atribuir nuestras elecciones a la voluntad, el libre albedrío, el autocontrol…Quizás sería más honesto decir: “Mi decisión fue determinada por fuerzas internas que desconozco”
- Marvin Minsky

El tema del libre albedrío es el problema clave y eterno de la filosofía y no nos vamos a meter en ese laberinto, pero es evidente que está estrechamente ligado con el problema del Yo (si existe un Yo) y el de la conciencia. En esta entrada simplemente voy a intentar explicar la Teoría de la Causalidad Mental Aparente, de Daniel Wegner, un psicólogo social fallecido el año pasado que ha trabajado mucho en el tema de la conciencia (también es famoso por lo de que intentes no pensar en un oso blanco). Esta idea creo que es el eje central de su libro The Illusion of Conscious Will.
Es evidente que todos tenemos la sensación de que causamos conscientemente nuestros actos. Pero Wegner dice que esa sensación puede ser una ilusión, una cosa es que nosotros sintamos fuertemente que causamos nuestros actos y otra que eso sea verdad. Nuestra voluntad consciente es la causa aparente de nuestros actos, pero cualquier mago sabe que el truco para crear una ilusión exitosa es hacer que la “magia” sea la manera más fácil e inmediata de explicar una realidad que es un suceso totalmente mundano y nada mágico. El mago lo que hace es crear una secuencia causal percibida o aparente (unos sucesos que parecen haber ocurrido) ocultando con ellos la secuencia causal real (los sucesos que el mago ha mantenido ocultos entre bambalinas). Lo que la audiencia ve es una ilusión.
Wegner nos propone que la mente es un mago que produce unas apariencias para su dueño pero no sabe en realidad lo que causa sus propias acciones. Lo que podría estar ocurriendo en realidad lo vemos en la imagen más abajo, que resume visualmente el planteamiento de Wegner, y lo podemos resumir de la siguiente manera:

Nosotros percibimos una relación causal entre nuestro pensamiento (que suele preceder a la acción) y la acción. Pero que B siga a A no quiere decir que A sea la causa de B. La noche sigue al día pero el día no es la causa de la noche, sino que ambos están causados por C, la rotación de la Tierra. Es por lo tanto posible que tanto pensamiento como acción sean causados por algo que no observamos.
Procesos mentales inconscientes dan lugar al pensamiento consciente acerca de la acción.
Procesos mentales inconscientes dan lugar a la acción.
Puede haber , o no haber, una relación entre los procesos mentales inconscientes que dan lugar al pensamiento y los que dan lugar a la acción.
Pensamientos y actos co-ocurren porque los pensamientos se lanzan a la conciencia como “previews” de lo que ocurrirá. El pensamiento es una señal, algo similar al velocímetro del coche, es un indicador pero no es la causa del movimiento del coche, lo que mueve el coche es el motor, no el velocímetro.
Las causas reales de las acciones humanas son inconscientes y nunca aparecen en la conciencia.
A lo largo del libro, Wegner revisa patologías neurológicas y psiquiátricas, fenómenos como la hipnosis y diversos tipos de experimentos donde se demuestra que se nos puede hacer creer que hemos realizado una acción que en realidad no hemos realizado, lo que apoya su tesis de que la ilusión de control, de que hay una voluntad consciente es precisamente eso, una ilusión.
@pitiklinov
Referencia:
Daniel M Wegner. The Illusion of Conscious Will. Bradford Books. The MIT Press 2002