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Pepe Jordana's avatar

Efectivamente no tiene mucho sentido que las asociaciones de loquesea se dediquen a emitir manifiestos sobre cualquier tema, aunque sí tendría todo el sentido del mundo que sumaran su apoyo, firmando como asociación, a una determinada movilización civil sobre cualquier tema de trascendencia para el conjunto de la sociedad dentro de la cual operan esas asociaciones. Por otro lado, apuesto a que cuando vivíamos en aldeas y pequeñas ciudades no todo era tan sencillo como propones. Probablemente había revueltas protestando por los diezmos o grupos de gente que se organizaría para impedir que quemaran a una bruja buena, es un poner, y seguro que se arriesgaban conscientemente a les partieran la crisma, o algo peor, las fuerzas y cuerpos de seguridad del castillo. Está claro que la globalidad ha traído ese avalancha de actos inmorales, pero no sé si esa supuesta necesidad de posicionamiento que señalas supone un sufrimiento real y diferente al de antaño. Tanto antes como ahora, siempre hemos tenido que elegir las peleas en las que queremos lidiar y sabemos que no se puede estar a todo, en misa y repicando, y hemos desarrollado una nueva capacidad para observar la inmoralidad en la tele, de fondo, mientras bebemos cañas y tomamos patatitas con la cuadrilla, antes de ir a dormir un día más a pierna suelta.

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Calda's avatar

Por añadir algo que a mí no deja de asombrarme como "primatólogo voyeur", me gustaría hacer una nota sobre lo que se ha llamado "señalamiento de virtudes", "estatus simbólico" y que lo llamo "pseudo-moral discursiva". En nuestra sociedad actual hemos codificado las valoraciones y opiniones con carga moral de los sujetos como un acto moral en sí mismo. Es decir: valoramos moralmente los actos de indignación o aprobación moral sobre hechos que no tienen nada que ver con el obrar diario de las personas y su alcance fáctico. Es lógico y racional estar pendiente de las opiniones morales como indicador de potenciales acciones de las personas, pero sólo es lógico si lo aplicamos al radio de acción de las personas (a esa esfera local que mencionas). [Si mi amigo dice que no ve nada malo en follarse a la mujer de mi colega, eso me puede indicar posibles traiciones.]

Ahora bien: si yo cuelgo una bandera en el balcón, expreso mi lástima por la situación en x conflicto o cuelgo un twitter, nada de eso revela mi conducta (puedo ser un miserable que traiciona a su amigo, defrauda a Hacienda o descuida a su madre).

Hemos sustituido la valoración moral de conductas con efectos por la valoración de expresiones de juicios morales. Esto se explica por razones sociológicas, de estatus: uso de opiniones para colgarse medallitas y diferenciar al otro. La cosa ha degenerado hasta tal punto que la gente dice que no tendría un amigo o una pareja con x opiniones morales sobre cierto tema, en vez de fijarse en si es una persona decente, confiable, bondadosa, recta o juiciosa. ¿Qué más da que tu fiel colega (o tu mujer) que siempre te apoya, con el cual disfrutas y que además es un tipo decente esté en las antípodas ideológicas tuyas? Hay que señalarlo, porqué es absurdo que la opinión de Pascual sobre la guerra de Gaza ("me la pela y no me interesa", p.ej.) haga que Paquita, con la que se está conociendo, diga: "Oh, es un monstruo sin sentimientos", justo después de que le haya hecho la cena por el hecho de estar cansada. La gente juzga a otras por si dicen "ojalá volviera Franco" u "ojalá hubiera triunfado Durruti", cuando eso no dice absolutamente nada de si esa persona es un buen trabajador, un amigo decente, un buen padre, trata de forma correcta al dependiente de la tienda, recoge la mierda del perro o no hace ruido por las noches jodiendo al vecino.

Todo esto, como aficionado que eres a la biología evolutiva, no es más que una consecuencia del chismorreo, al que considero el análogo del "quitarse las pulgas" de otros primates.

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